Durante el último tercio del pasado siglo se produjo a nivel internacional un proceso de concienciación general sobre la necesidad de proteger y preservar el medio ambiente íntimamente ligado al auge y consolidación del movimiento ecologista, que se extendía a todos los niveles de la sociedad. Este movimiento cívico y sociopolítico buscaba establecer un modelo de sociedad en el que las personas pudieran vivir en armonía con la naturaleza. El fenómeno de la globalización y la deslocalización de las actividades productivas aumentaron la preocupación por los efectos de la acción humana en el medio ambiente.
El 22 de octubre de 1982, como consecuencia de una ciclogénesis explosiva, el agua coronó la presa de Tous y pese a que se abrieron las compuertas pasadas las siete de la tarde, la tragedia ya era inevitable: la presa rompió, generando una pantanada en la Cuenca del Júcar que dejó cerca de 50 fallecidos.
En 1992 se celebró la Cumbre de la Tierra, para conjugar la protección medioambiental con el desarrollo ecnonómico y social. En España crecía la preocupación ambiental, marcada por algunos desastres naturales como la riada sufrida en el camping de Biescas en 1996, el vertido de la presa de Aznalcóllar en 1998 o el derrame de petróleo del Prestige en 2002.
En España, las inundaciones constituyen el desastre natural con mayor impacto sobre bienes y que más muertes causa al año (361 fallecidos entre 1995 y 2019). En el país existen 1398 puntos conflictivos en los que se producen inundaciones periódicamente, y hasta 50.000 edificaciones situadas en cauces y zonas de riesgo con alta probabilidad de inundación.
Las Confederaciones Hidrográficas con las responsables de gestionar los recursos hídricos, evitando o reduciendo el impacto de posibles inundaciones o sequías y garantizando los recursos necesarios para el abastecimiento humano y el regadío. Además, controlan la calidad del agua, vigilando zonas protegidas y la posibilidad de vertidos. Para contribuir a esta misión, desde hace décadas, SICE diseña soluciones a medida de los gestores de cuencas, desarrollando sistemas integrados de información hidrológica, para su adecuada gestión y planificación.
La puesta en marcha de un SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica) implica la instalación de cientos de sensores que reciben información, y la envían en tiempo real a un centro de control donde se procesa, empleando modelos hidrológicos e hidráulicos.
Esta información permite conocer el régimen hídrico a lo largo de la red fluvial, así como el estado de las obras hidráulicas principales y de los dispositivos de control que en ella se ubican. Con ellos, es posible desarrollar predicciones y establecer alertas, sobre las que los responsables de la Confederación toman la decisión oportuna en función de las condiciones concretas. Se trata de un sistema complejo que integra todos los componentes necesarios para la correcta y eficaz gestión del agua y, sobre todo, para poder prevenir y actuar adecuadamente frente a posibles avenidas.
Los equipamientos necesarios para recopilar los datos que recogen los SAIH se encuentran en ocasiones en lugares muy poco accesibles, tales como estaciones de alta montaña o localizaciones muy aisladas. La necesidad de tomar datos en lugares remotos, en ocasiones a más de 2.000 metros de altura y de tipo montañoso, supone un problema añadido en la instalación, puesto que exige el uso de equipamientos específicos, necesidades formativas especiales para los equipos humanos y la adquisición de vehículos especializados.
En ocasiones se ha necesitado hacer uso de helicópteros, ponis de carga, catamaranes, piraguas o técnicas de escalada y descenso en vertical. A lo largo de su historia, SICE se ha volcado en el desarrollo de soluciones tecnológicas y herramientas de gestión que respondan a las demandas de la sociedad. Desde finales del siglo XX, la empresa se ha volcado en el desarrollo de soluciones tecnológicas para la gestión medioambiental, ofreciendo la respuesta más eficiente para la adecuada gestión del entorno. Cada una de las dificultades superadas en el proceso ha supuesto una oportunidad de crecimiento para la empresa, que a lo largo de los años se ha configurado como una entidad especializada en el diseño, instalación e mantenimiento de sistemas de gestión de los recursos hidrológicos y medioambientales.